El duelo: Una nueva vida

¿Qué es el duelo? ¿Cómo definir esa sensación interna de pérdida, de incomprensión, de una soledad desconocida?

Muchas veces relacionamos la palabra “duelo” con el fallecimiento de una persona. Pero las sensaciones que acompañan al duelo están muy lejos de limitarse únicamente a las que sentimos ante el adiós definitivo de aquellas personas a las que amamos. El proceso al que llamamos duelo se da cuando la persona ha perdido a alguien o algo significativamente importante en su vida y, de alguna forma, tiene que aprender a transitar sin ese alguien o algo.

Pero ¿por qué os estoy hablando hoy aquí del duelo? Hace poco alguien querido tuvo una pérdida, una por la que yo había pasado ya y, en mi acompañamiento de esos últimos momentos antes de y los primeros después de, recordé… Recordé mi mente nublada bajo un sinfín de caras, hechos, ‘lo sientos’ y muchas cosas más de las que casi no me acuerdo. Recuerdo sentir que estaba en una especie de sueño extraño, como si mi cuerpo fuera mío, pero no, como si mi vida fuese mía, pero no. Incomprensión. Mi mente, que se había preparado para ese momento, no entendía absolutamente nada. Nada de lo que sentía tenía sentido. Me sabía la teoría al dedillo. La había memorizado: los pasos a seguir, las personas a las que acudir, lo que podría sucederme… Pero mi ser simplemente no entendía el lenguaje en el que el mundo hablaba.

Estoy compartiendo aquí lo que fueron para mí los primeros momentos de una de las pérdidas más grandes de mi vida. E intento recordar cuánto de ello fue familiar en otros duelos y cuánto fue diferente. Y me doy cuenta de que cada pérdida, sin importar la razón de ésta, tiene sus peculiaridades. Porque la relación que tenía con cada ser, cosa o situación perdida era también diferente. Y, aun así, en mí, esa incomprensión emocional se repetía cada vez.

Antes de esa pérdida a la que hago alusión en mi texto, leí mucho, muchísimo. Y una de las frases que más me tocó fue del gran Alejandro Jodorowsky, y decía algo así: “Cuando una persona que amas muere, tienes que morir tú también con ella y volver a renacer en un mundo nuevo”. Sabía lo que quería decir, pero ponerlo en práctica… he ahí el trabajo. Morir con esa persona para renacer sin ella. Porque, tu antiguo yo no entiende, es esa incomprensión de la que hablábamos. Eso es para mí el proceso de duelo. Ese morir y renacer. Y en él entran todas las fases que debamos transitar. Todas las lágrimas, los deseos, los recuerdos, las emociones, todo lo que implica decir adiós, morir. Y en esa muerte aceptar, desde un nuevo lugar, y volver al mundo. A un nuevo mundo, a una nueva vida.