

Septiembre marca el regreso a la rutina para muchos. Mientras los días se acortan y el verano queda atrás, es común sentir una mezcla de emociones: desde la tristeza de despedir el descanso hasta la emoción de nuevos comienzos. Esta transición puede impactar nuestra salud mental de maneras inesperadas.
En septiembre, además del regreso a las clases y el trabajo, también celebramos el Día Mundial de la Prevención del Suicidio el 10 de septiembre. Los datos recientes* muestran que las tasas de suicidio siguen aumentando en España, destacando la necesidad de prestar atención a nuestra salud mental.
La vuelta a la rutina tras un largo período de descanso puede ocasionar lo que se ha llegado a conocer como Síndrome Postvacacional. La adaptación a los horarios, volver a entrar en la rutina, conectar con responsabilidades y otros aspectos asociados a la época laboral puede resultar abrumador si no se gestiona adecuadamente.

Este fenómeno es cada vez más frecuente en nuestra sociedad, y no es de extrañar. El descanso, aunque esencial, se ha convertido en una de las prácticas más ambiguas de nuestros tiempos. Sabemos que lo necesitamos, pero las constantes demandas de trabajo, responsabilidades familiares, redes sociales y estudios parecen condicionarnos para un ritmo de vida sin pausas.
Una de las herramientas más valiosas que pueden ayudarte en estas transiciones es la autoconciencia. Estar presente, escucharte, saber en qué estado te encuentras, qué te mueve, qué te resulta fácil y qué no son cuestiones que te otorgan una percepción más concreta sobre tu estado.
Desde allí puedes actuar. Es en el despertar de lo que verdaderamente es que puedes trabajar para lo que puedes alcanzar.

Cuando tenemos que transitar momentos diferentes pueden aparecer diversas fuerzas. Por un lado, la tristeza o frustración por dejar atrás el descanso y el placer. Por otro, la emoción de los comienzos, las ganas de reencontrarnos con algunas personas, el aprendizaje de la nueva etapa.
Tomarte un tiempo para reflexionar sobre cómo te sientes y qué necesitas puede ayudarte a enfrentar la vuelta a la rutina con mayor claridad.
Herramientas útiles para gestionar la transición:

Una de las cosas que he descubierto en mis años de experiencia profesional y personal es que resulta de un valor incalculable que seas capaz de aceptar lo que es ahora. La indulgencia contigo mismo, contigo misma, es un recurso esencial en el autocuidado y en la capacidad para tener un estado de bienestar óptimo.
Desde ese lugar amoroso y de cuidado, puedes afrontar estos pequeños (grandes) cambios que se te presentan. Con un pie firme antes de dar el siguiente paso y conociéndote siempre, un poquito más.

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